Sólo necesito coger el hilo y tirar de él.
Me estoy buscando en el sitio que no es,
y sigo
tropezándome con un espejismo de mí misma
con otra cara, otros labios, otro,
gritándome con los ojos mientras yo
miro con las manos hacia el sitio que no es.

A poquitos me voy viendo en jirones.
Tirando del hilo empiezo a deshacer lo que soy
y a veces me cuesta reconocerme
entre tantos colores,
y me voy cosiendo con mis manos,
hilvanando con mi pelo cada noche,
aprovechando la armadura que
creció cuando me dejé de ver.

A veces pierdo el hilo y sólo veo un enemigo,
y me olvido de ese espejismo y veo
otra cara, otros labios, otro miedo,
el mismo miedo escondido tras las puertas,
el mismo miedo teñido de luces y sombras,
y voy toda vestida de la noche y la soledad
y el miedo, Alejandra, vuelven conmigo.





Comentarios

Entradas populares de este blog

La puerta