La luz trajo la ciudad, las gentes,
el tiempo.
La ciudad quemó, las gentes se fueron y
sólo quedaron él, el fuego...
Y el tiempo.
Y sobrevuelas ahora con torpeza
las ascuas de lo que entre un día
caminaste, sus fuegos, aún
lanzando bocanadas implacables que
no se pueden esquivar.
Golpe a golpe tallas las plumas,
pesadas, de tu libertad.
Distintas llamas bajo el mismo nombre
traen de nuevo el abrazo, el calor,
el brinco cuando quema
de nuevo
el fuego.
El arte de volar se escapa al paso rápido.
Y ahora, inocente sólo a veces, no intentas
huír de lo pasado, pisar sobre la piedra que
corre y rehace caminos que
son siempre distintos, que
son siempre el mismo.
Y ahora, consciente sólo a veces, intentas
mirar hacia fuera, reconocerte,
sentir para ver entre todo el humo un fuego
del tiempo
y volar.
Ahora, con tus toscas plumas saltas
y hay vientos que impulsan, y hay luz que acompaña,
y hay fuegos que acogen, y hay gentes que pasan,
y hay vientos que frenan
y días y noches de pisar las ascuas con tus pies
desnudos
a solas
una vez más.
El arte de volar se escapa al paso rápido.
el tiempo.
La ciudad quemó, las gentes se fueron y
sólo quedaron él, el fuego...
Y el tiempo.
Y sobrevuelas ahora con torpeza
las ascuas de lo que entre un día
caminaste, sus fuegos, aún
lanzando bocanadas implacables que
no se pueden esquivar.
Golpe a golpe tallas las plumas,
pesadas, de tu libertad.
Distintas llamas bajo el mismo nombre
traen de nuevo el abrazo, el calor,
el brinco cuando quema
de nuevo
el fuego.
El arte de volar se escapa al paso rápido.
Y ahora, inocente sólo a veces, no intentas
huír de lo pasado, pisar sobre la piedra que
corre y rehace caminos que
son siempre distintos, que
son siempre el mismo.
Y ahora, consciente sólo a veces, intentas
mirar hacia fuera, reconocerte,
sentir para ver entre todo el humo un fuego
del tiempo
y volar.
Ahora, con tus toscas plumas saltas
y hay vientos que impulsan, y hay luz que acompaña,
y hay fuegos que acogen, y hay gentes que pasan,
y hay vientos que frenan
y días y noches de pisar las ascuas con tus pies
desnudos
a solas
una vez más.
El arte de volar se escapa al paso rápido.
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